Desarrollo del protocolo

Un proyecto como el descrito en los tres pasos anteriores necesita de una suficiente colaboración que implicaría los siguientes elementos:

a)     Organización por parte de asociaciones proteccionistas.

a.1) vinculación de veterinarios al proyecto.

a.2) realización de campañas de información (carteles, publicaciones divulgativas, etc.) Es necesario hacer llegar a la gente acostumbrada a alimentar a los gatos que la comida blanda dejada en papeles de periódico u otros envases resulta molesta por sucia y antiestética, por lo que es más apropiado proporcionarles comida seca.

b)     Subvención de la Administración Local (Ayuntamientos)

b.1) financiación de los veterinarios colaboradores.

b.2) utilización de locales o instalaciones municipales.

b.3) proporcionar útiles de captura y transporte de gatos.

b.4) facilitar vacunas, medicamentos desparasitadores y, en general, el material clínico necesario.

b.5) levantar pequeñas casetas en las colonias estables para resguardo de los animales.

b.6) creación de barreras que separen a los animales de la población potencialmente perjudicada por su presencia.

(Según los estatutos de la asociación El Gato Feliz, ésta no admite subvenciones públicas)

La participación de las Administraciones Locales en un proyecto así no sólo es necesaria sino obligatoria, como competencia que es de los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas —en tanto que responsables del bienestar de los animales abandonados—. La finalidad última y más importante es la esterilización, pues la capacidad reproductiva de estos felinos lleva a una comunidad estable a un incremento de sus individuos en una proporción que podría sintetizarse de la siguiente manera:

      1 pareja de gatos

      14 descendientes en el primer año

      estos dan lugar a 170 en el segundo año

      1.950 en el tercero

      22.500 en el cuarto

      260.000 en el quinto,

convirtiendo a la colonia en posible foco de enfermedades.

Asimismo el respaldo municipal a campañas como la descrita contribuiría de manera inapelable al logro de un consenso vecinal que es indispensable para actuar en aquellos lugares en los que existan colonias estables de gatos; de igual manera ese respaldo logrará una mejor comprensión por parte de los vecinos de los objetivos de estas acciones, y que no son otros que la corrección de las actitudes que provocan sus quejas: los olores, los ruidos (básicamente provocados por el celo en forma de maullidos), la suciedad propia y la generada por la dispersión de basuras, la rotura de cables, obstrucción de desagües, presencia de insectos derivados de la suciedad, el potencial riesgo de agresiones e incluso de toxoplasmosis en el caso de mujeres embarazadas que conviven en una cierta cercanía con estas colonias o la proximidad de éstas a piscinas, colegios, guarderías, instalaciones de manipulación de alimentos, etc.

Mantenimiento del protocolo

Es preciso que la persona/s encargadas de una colonia estable de gatos urbanos, una vez llevado a cabo el protocolo básico descrito, se preocupe de que a la colonia no le falten el agua y los alimentos necesarios para su supervivencia.

Asimismo, debe asegurarse de que sus integrantes están bajo control con el fin de no correr riesgos que generen de nuevo las alarmas que han dado lugar a la necesidad de estos protocolos.

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