La vocalización en el gato

Ronroneo

Se pueden reconocer en un gato 16 tipos de vocalizaciones. Con ello el expresa su alegría, pero también su temor o su miedo.

El «habla» del gato es este ronroneo modificado para hacerlo más fuerte y más mantenido en el tiempo así cada uno va ligado a un sentimiento distinto, hambre, pena, necesidad de afecto, también tiene uno en especial que lo usa a modo de saludo y es para comunicarse contigo.

Gruñido y bufido

Los gruñidos son un mecanismo de defensa ante la presencia de un enemigo o de algo que le intimida, si te fijas bien los gatos en general evitan el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y pueden llevarse minutos y hasta horas, entre gruñidos y bufidos.

El bufido es el sonido más característico de defensa que acompaña del erizarse de los pelo o engrifamiento con esto el gato visualmente se hace «más grande» ante la presencia de su adversario.

El maullido 

Quizás lo que más distinga al gato de otros animales es su característico miau, con él nuestro gato se comunica, expresa emociones estado de ánimo, predisposición a pelear o a aparearse. Entre gatos el maullido sirve a la madre para distinguir a sus hijos de los de otra camada y dentro de la misma. La madre enseña el idioma de “la familia» a los miembros así esa camada maullará de una manera determinada y distinta de otras.

El maullido varía de un gato a otro y de una raza a otras, el siamés por ejemplo se caracteriza por un sonido agudo y penetrante, en tanto al ragdoll es melódico casi como un canto.

El timbre de voz al igual que en las personas va variando con el paso del tiempo, así los cachorros son agudos y persistentes y en un gato viejo apenas perceptibles.

Es la forma en que también nuestras mascotas se comunican con nosotros. El miau que dice cuando llegamos a casa, el prolongado que nos hace saber que tiene hambre, el gato también crea un lenguaje para nosotros. Aunque según el psiquiatra inglés Nicholás Nicastro (Universidad de Cornell) el maullido sería una forma de “manipular” nuestro comportamiento para conseguir caricias, más comida o llamar nuestra atención. 

Junto a esta opinión esta también doctor Bradshaw, para él esto no es producto de una evolución histórica, sino de un comportamiento aprendido de los gatos al convivir con sus amos, de allí que cada maullido es diferente, al comparar científicamente se descubrió que cada gato maneja una gama de sonidos e intensidades propias y que cada dueño sabe qué quieren sus gatos, porque ellos prueban con diferentes sonidos hasta saber cuál es el que más le acomoda con su dueño.

Pese a lo que diga este doctor cuando mi gato ocupa el mejor sofá de la sala, la mitad de mi cama y me despierta incluidos los domingos a las siete de la mañana con ese maullido tierno y cara de yo no fui, cuesta creer que eso no sea “ manipulación” y que los domesticados a veces resultemos nosotros