Por Luis Martínez-Negrete Deffis.
Extraido de http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol16num2/articulos/sistema/sistema.htm
Características generales: Consumo de energía eléctrica: 0. Peso: menor a 10 k. Garantía: siete años. Operación general: Nuestro sistema requiere sólo oxígeno. El aire ambiental es suficiente para obtenerlo. La temperatura de operación oscila entre 0 y 35° C, aunque puede funcionar también fuera de estos límites sin dañarse. Demanda unos 100 ml de agua diariamente, así como unos 100 gramos de proteínas en forma de carne o leche (grasa). Esto es todo lo que se necesita para suministrar energía a nuestro sistema.
Nuestro sistema es autosuficiente en cuanto a su desplazamiento. Se mueve por toda la bodega o por el área de operación deseada en forma autónoma. No se requieren superficies planas, y puede moverse en forma perfectamente normal en presencia de cualquier obstáculo, ya que el reconocimiento de patrones que tienen todos los sistemas IISA le permite no sólo el reconocimiento de ratones y otros bichos, sino la detección de todo tipo de aristas y obstáculos de cualquier forma geométrica. Una vez reconocido el obstáculo, el sistema decide, sin intervención del usuario, cómo superarlo; puede, por ejemplo, brincarlo sin dañar ninguno de sus componentes o simplemente bordearlo. Para estimar el riesgo de cualquier brinco, él cuenta con un módulo de autoprotección alambrado para protegerlo. Éste opera, como el resto de los módulos, en tiempo real, y está conectado al módulo más importante de todos: el «cerebro». Éste es el módulo que controla a todos los demás y coordina y permite su funcionamiento. Si el cerebro se daña, el resto del sistema queda inutilizable, a pesar de tener todos sus componentes en orden.
Nuestro sistema tiene dos formas de operación: un modo «activo» y otro «pasivo». Cuando está en modo pasivo, puede estar inmóvil y hasta con los sensores ópticos cubiertos; ello es así para protegerlos y para no dar trabajo inútil al procesador central, el cual, por cierto, nunca se detiene durante toda la vida útil del sistema, de modo que aunque éste se encuentre en modo pasivo, la señal o ruido que provenga de un ratón será fácilmente detectado y el sistema pasará a modo activo de inmediato. Recuerde usted que habrá adquirido un sistema que trabajará unos siete años continuos sin ninguna clase de mantenimiento correctivo, de modo que unas pausas diarias no nos parecen excesivas. Éstas ocurrirán de acuerdo con el reloj interno del sistema, que no necesariamente va a coincidir con el de usted. En ocasiones, un sistema IISA puede dedicar tiempo a juguetear con objetos que se encuentre por allí. Eso no debe de preocuparle. Él se ejercita a veces, pero dicha actividad redunda en una mayor agilidad durante su tarea principal, que es, como ya se dijo, la de detectar y cazar ratones.
Sensores
Aunque el sistema cuenta con innumerables sensores internos que evalúan permanentemente su estado, dispone sobre todo de tres sensores externos que son parte del procesador central: uno óptico, uno acústico y uno químico. Como tales sensores vigilan al entorno exterior, son los más importantes para los objetivos de trabajo de nuestros sistemas, y por ende se describen brevemente a continuación.
ÓPTICOS
Cada sistema cuenta con un par de sensores ópticos de alta resolución espacial que le sirven para detectar ratones y otras cosas. Operan en el rango espectral de 400 a 700 nm aproximadamente, rango similar al espectro visible humano, aunque su sensibilidad es superior a la humana porque pueden operar de noche. El reconocimiento de patrones, esencial para la detección e identificación, ya viene alambrado de fábrica y no requiere de ajustes durante la vida útil del sistema. La proporción de fallas en la operación de detección en un sistema en estado activo es prácticamente de cero, mientras que en la de eliminación ese porcentaje depende del modelo del sistema, de las condiciones ambientales y del suministro de energía. El hecho de que disponga de un par de sensores ópticos en la parte frontal conectados con el procesador central, permite al sistema la visión estereoscópica, por lo que opera con imágenes internas de tres dimensiones, lo que incrementa la probabilidad de éxito en su trabajo. La detección de luz se realiza con elementos fotorreceptores muy sensibles, conectados a una compleja red de componentes que llevan a cabo el proceso inicial de la escena detectada antes de que ésta se envíe al procesador central. Dicho diseño reduce el trabajo del procesador central, que está en una constante actividad, por lo que requiere de los periodos de descanso que proporciona el modo pasivo.
ACÚSTICOS
También el sistema cuenta con un par de sensores acústicos, localizados a los lados del procesador. Estos no tienen las tapas protectoras de los sensores ópticos porque el rango de intensidad sonora que pueden soportar es muy grande, de modo que si el sistema opera en un ambiente normal nunca tendrá problemas. La otra razón de no tener tapas tiene que ver con la operación en modo pasivo; si al estar descansando recibe un estímulo acústico, pasará automáticamente al modo activo. El rango de frecuencias detectables se encuentra entre 30 y 20000 hz aproximadamente, aunque, de nuevo, el potencial de nuestros sistemas radica en la inteligencia y el reconocimiento de patrones, tanto ópticos como acústicos y químicos. El rango de intensidad soportado se halla entre 0 y 80 decibeles; aunque puede aguantar hasta unos 120, no se recomienda exponer al sistema a estas intensidades, salvo en contadas excepciones, ya que si la exposición es muy constante el sistema se protegerá amortiguando la intensidad hasta llegar a su total eliminación. Además, los sistemas internos de autoprotección harán que el sistema, en esas condiciones, abandone el área de operación para protegerse del ruido.
QUÍMICOS
Los sensores químicos se encuentran en la parte frontal de nuestro sistema. Como en los casos anteriores, hay muchos procesos que se realizan antes de que se envíe la señal al procesador central. Los sensores químicos mencionados son altamente sensibles a la presencia de sustancias químicas, y su potencial radica en la inteligencia y en el reconocimiento de patrones que le sirven al sistema, por ejemplo, para detectar sustancias tóxicas que lo puedan dañar, así como posibles fuentes de energía.
Estructura física
La estructura del sistema se compone de más de cien componentes semirrígidos y muy elásticos que se apoyan en cuatro puntos. Posee también fibras construidas básicamente de proteínas, que son las que le permiten cambiar la posición relativa de los componentes mencionados antes; gracias a este proceso, le es posible moverse. Las fibras están conectadas a una amplia red de cables de control que llegan hasta el procesador central, el cual, al recibir la información de todos los transductores dispersos, es capaz de emitir la secuencia de pulsos necesaria para el movimiento que se requiera. Como estas fibras se conectan a varios delgados cables de control que operan con milivoltios, la conexión dispone de acetilcolina para amplificar la señal. Esta sustancia se genera internamente en cantidades suficientes para la operación del sistema y usted no tiene que preocuparse por comprarla. Todo el sistema está recubierto con una capa de material orgánico, también llamado «piel», según la lexicografía existente, que lo protege del exterior. Encima de esta capa se encuentra otro recubrimiento de pelo que ayuda a mantener una temperatura constante y que sirve además de sensor.
Autoduplicación
Es ésta una de las características más sobresalientes de nuestro sistema. Para aquellos usuarios que requieran aumentar el número de sistemas, lo pueden lograr sin necesidad de una compra adicional. Ello se logra con el dispositivo de autoduplicación instalado en todos nuestros sistemas. El proceso requiere de dos sistemas: uno de tipo Masc y otro de tipo Fem. El modelo Fem se encuentra listo para duplicarse con cierta periodicidad, que depende de la compleja interacción de sus parámetros internos, lo cual ocasiona que esos periodos sean muy variables. Cuando un modelo Fem se encuentra en uno de estos ciclos, el modelo Masc lo detecta de inmediato con sus sensores, acopla ciertos componentes con los del modelo Fem y procede a insertar en ellos una gran cantidad de componentes miniaturizados (para asegurar el éxito del proceso). Gracias a tal proceso, surgirán del interior del modelo Fem varios flamantes sistemas; sin embargo, dada la enorme complejidad de nuestros sistemas, la transformación toma aproximadamente tres meses, al cabo de los cuales usted obtendrá entre dos y seis nuevos sistemas. Estos son de menor tamaño y no estarán listos para su tarea sino hasta varios meses después. Mientras tanto, requieren de cuidados especiales ya que no tienen todavía el software completo. Para no preocupar a nuestros clientes acerca de estos cuidados, los modelos Fem tienen todo lo necesario para hacerse cargo de su protección, incluyendo el darles la energía necesaria para su funcionamiento, actividad que realizan entregándoles un líquido generado internamente en cada modelo Fem. Los nuevos modelos son en general de tipo Masc y Fem, y aunque no podemos asegurar a usted alguna distribución particular ni el número de ellos, obtendrá esos varios sistemas sin ningún costo adicional.