Si estás pensando en tomar la generosa decisión de adoptar a un animal abandonado, intentaremos en este reportaje comentarte lo que debes tener en cuenta para que esta noble actitud pueda convertirse en una de las experiencias más gratificantes que te haya tocado vivir.
Autor: Valeria Di Paula
En los centros de recogida suele haber perros y gatos de todo tipo, desde cachorros hasta ancianos a veces enfermos.
Todos han tenido un pasado antes de llegar al albergue: Algunos fueron abandonados porque sus propietarios se han mudado, enfermaron o murieron, en otros casos lo han hecho porque su perra o gata se ha quedado preñada o porque tienen problemas de comportamiento que no han sabido corregir. En ocasiones el hecho de que un cachorro que parece de peluche deje de serlo al transformarse en un animal de verdad, hace que tenga este triste destino porque su propietario no ha sabido controlar sus instintos o simplemente porque ha dejado de interesarle.
No habían pensado seriamente en su momento en las responsabilidades y en los problemas prácticos que conlleva tener un animal de compañía. Un perro adoptado puede ser un excelente compañero, aunque en algunos casos por la circunstancia de haber vivido experiencias traumáticas durante su vida puede que necesitemos de más paciencia, de más atención y de más generosidad para lograr que se adapte a nuestro estilo de vida.
Conviene intentar investigar cuál ha sido su pasado, si es que es conocido por los responsables del centro. Nos ayudara a entenderlo y a corregir su comportamiento. Muchos necesitarán reeducarse, en estos casos conviene que tengamos cierta experiencia para conseguir éxito y por supuesto tiempo y estar dispuestos a enfrentar esta tarea. Aquí es cuando demostraremos hasta donde puede llegar nuestra capacidad de entrega y comprobaremos que la gratificación ante resultados positivos es muy especial. Si estos animales nunca han sido felices, es probable que sean introvertidos o muy tímidos, necesitarán grandes dosis de comprensión para entender que a partir de ahora están a salvo.
Nunca deberíamos forzar a actuar a un perro demasiado sumiso o asustadizo. Hay que ofrecerle un lugar tranquilo, que conozca a nuevas personas poco a poco, debemos tratarles de forma sosegada. Si tienes otra mascota, déjales que se reconozcan, que se estudien, que se acepten, al principio estando alerta pero interviniendo lo menos posible en este proceso. Hay que crear una rutina desde el comienzo, con horarios para comer y para los paseos. Recuerda premiarlo cada vez que hace lo que se espera de él. Seguramente será propenso a volverse muy dependiente, es importante que lo acostumbres a quedarse sólo de forma gradual, dejándolo acompañado de sus juguetes preferidos. En general los perros que abundan en los refugios son los perros adolescentes (entre seis y nueve meses) y muchos de ellos son perros mestizos, aunque los hay para todos los gustos; de cualquier raza, de distinto tamaño, de distinto temperamento, sanos y enfermos.
Para una correcta elección debemos comunicar a los responsables del centro el tipo de animal deseamos tener: Si queremos un cachorro o adulto, si vivimos en un apartamento o en el campo, si hay niños o ancianos en nuestra familia.
Si no disponemos de mucho tiempo no elijamos animales que necesitan cepillado diario, o mucho ejercicio. Una decisión precipitada te perjudicará tanto a ti como al perro. Muchas Asociaciones Protectoras de animales recomiendan que sea toda la familia la que acuda al centro para participar en todo el proceso de adopción. Esto ayuda a garantizar que el animal no será devuelto por haber generado falsas expectativas o discrepancias familiares acerca de la elección del nuevo integrante del hogar. No elijas a un perro mediante esta vía simplemente porque es gratis, toma en cuenta que necesitará de cuidados y de tu tiempo.
No te fijes sólo en su aspecto externo, su comportamiento es un asunto mucho más importante. Es fundamental tener paciencia y darle un tiempo para que se adapte a su nuevo hogar. En general se entregan los animales desparasitados y vacunados, en muchos casos incluso tienen certificación de libre de Leishmania, y además suelen estar esterilizados. De cualquier manera lo primero que deberíamos hacer es llevarlo al veterinario para que le hagan un chequeo completo. Incluso existen asociaciones que facilitan adopciones de tortugas u otras especies exóticas como es el caso de la Bolsa de adopción de la Facultad de veterinaria en Madrid. Si optas por estas especies debes tomar en cuenta que es necesario conocer de antemano los requerimientos de hábitat y alimentación, o en el caso de las tortugas que son animales muy longevos que nos acompañarán toda la vida y que incluso pueden llegar a sobrevivirnos, por lo que se trata una decisión “para siempre”.
Si te decides por la adopción de un animal de compañía que necesita de un dueño con urgencia, puedes consultar nuestro Foro «Buscando Dueño» o nuestras Guías de Servicios, donde podrás encontrar las Asociaciones protectoras o instituciones similares que necesitan con desesperación a alguien como tú.
Fuente: enplenitud.com